Tomar colágeno ¿ mito o realidad?

En los últimos tiempos tomar colágeno está de moda y ha pasado a ser para muchos parte de la rutina diaria. Pero ¿Realmente funciona? o ¿se destruye en el proceso de digestión y no sirve para nada?

Hay ciertas cosas que debemos saber; qué es el colágeno, para qué sirve y cómo debería ser para que podamos absorberlo correctamente. Estas son algunas de las preguntas que deberíamos hacernos antes de decidir la conveniencia de tomar o no colágeno.

El colágeno es una molécula proteica que forma parte de la mayoría de los tejidos del organismo, siendo el componente más abundante en la piel y en los huesos.

Con la edad los fibroblastos, células encargadas de fabricar el colágeno, van perdiendo su capacidad de síntesis. Al disminuir, se origina una pérdida de elasticidad de la piel apareciendo la flacidez y un descenso de la densidad ósea que favorece el riesgo de osteoporosis con cambios degenerativos de las articulaciones, provocando así, la temida artrosis.

Es importante que el colágeno, sea de origen marino y que esté hidrolizado. Para mejorar su absorción a nivel intestinal, debemos tomarlo siempre en ayunas y acompañado de magnesio, vitamina C y silicio orgánico.

Se ha comprobado que la absorción de colágeno hidrolizado se realiza entre media y una hora después de su ingestión pasando directamente a torrente circulatorio y de ahí, a todo el cuerpo.

Las principales indicaciones serían, la prevención del deterioro óseo, especialmente en la mujer postmenopáusica y la mejoría de la piel, cabello y uñas en personas de cualquier edad, sobre todo a partir de los 35 años.

Si eres muy deportista, el gasto de colágeno es mucho más alto, desgastando las articulaciones de forma precoz, por lo que deberías tomar colágeno desde una edad temprana.

Conclusión, el colágeno es eficaz tanto para la mejora de la piel como de las articulaciones, por lo tanto todo el mundo debería tomarlo a partir de los 40 años.